Vuelvo a insistir sabiendo que esa resistencia mostrada por ella iba a ceder. Esta vez la agarro de las muñecas y la llevo contra la pared, rodeo mis manos sobra su cintura y pego su cuerpo al mio, ella, petrificada con el deseo impaciente de que no me detuviera. Nuestros rostros estaban a tan solo unos centímetros al punto de poder notar de que su respiración se agitaba y la mía no le perdía el ritmo.
Era inevitable que la cabeza empiece a maquinear, que empiece a decir todo lo que estaba haciendo mal en ese momento pero, por que detenerme? si ya había llegado hasta ese punto donde no había retorno y si ella no me frenaba yo no lo iba a hacer.
Mientras todo eso pasaba por mi mente no noto que nuestros cuerpo vuelvan a la normalidad sino que todo lo contrario, cada vez se estremecían un poco más... Nuestros pechos se hinchaban y deshinchaban cada vez mas rápido.
Tiemblo como nunca lo hice en mi vida pero aun así me animo a seguir y aprieto su cuerpo fuerte contra el mio y acerco sus labios a los míos, su brazos se deslizaban sobre mis hombros y su manos abrazaban mi cabeza. No se emita ningún sonido, ningún habla porque rodeados de miedos e inseguridades el deseo y las ganas eran las que ganaban. Esto era lo que estaba anhelando desde aquel día y no me permito pensar en otra cosa que disfrutar el momento.
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