miércoles, 2 de noviembre de 2016

Sonreí que te queda mas lindo.

Mi primer impulso no fue atraerla hacia mi y besarla. Fue, simplemente, tocarle la mejilla todavia arrebatada por su reciente resistencia. Quizá salvar el espacio que nos separaba (a veces centimetros, a veces kilometros) y acariciarle el rostro con mi dedo índice. Como si ese fuera el único digno de alcanzar su piel. 
Lo que busqué en muchas chicas a las que ni siquiera logré acercarme, lo encontre en ella. Volver a sentirme yo, sentir que todo puede pasar, y que todo lo malo que me pasa en la vida es sencillamente eso: "algo que pasa".
Y a pesar de no estar del todo seguro de lo que ella siente, sabiendo que tan solo puede ser una confusión nada más, a pesar de no estar seguro de que todos esos juegos, chistes e histeriqueos son por el mismo motivo que los hago yo, o si simplemente es asi ella, si aquella noche fue solo un momento para mi sin que ella lo haya registrado como yo llegué a hacerlo.
A pesar de todo me animo a decir que realmente me gusta. Y no de la forma en la que me venian gustando las ultimas chicas con las que estuve. Me gusta de esa forma especial que no todos llegan a generar. Me gusta su sonrisa cuando me mira, me gusta la alegria con la que vive la vida y lo dispuesta que esta a sonreir siempre, me gusta lo desinhibida que es, el hecho de que no tiene miedo a hacer el ridiculo. Me gusta como es cuando está conmigo. Me gusta que haya logrado hacerme sentir tan cómodo que no necesite llenar los instantes de silencio.
Me gusta lo que me hace sentir. Me gusta el que soy cuando estoy con ella.